martes, 18 de junio de 2013

Retazos de un pasado

Era una mañana fría, el viento soplaba con fuerza pero no parecía molestarle. El viento soplaba las hojas caídas en una danza hipnótica, estas ráfagas se hacían mas fuertes al punto de volarle el flequillo levemente de sus ojos. No llevaba el pelo demasiado largo, pero aun así este cubría levemente su vista, escondiendo un poco su ser. 
Al levantar la vista pudo ver a la lejanía un hombre caminando, guareció sus manos en sus bolsillos buscando un resguardo para sus frías manos y bajo la vista nuevamente para continuar observando las hojas danzar mientras caminaba.


Por la misma vereda que el niño caminaba un hombre, su paso era firme y seguro, su andar era un tanto apurado. Había notado el niño, pero no le dio mucha importancia... tenía cosas en mente, su cabeza divagaba en toda clase de pensamientos mientras escuchaba música. Siguió avanzando hasta casi toparse con el chico, ambos levantaron se miraron, sus miradas se cruzaron por unos segundos en los que ambos se analizaron brevemente.

El chico parecía triste, su mirada tenía una oscuridad no muy propia para su edad, no era muy alto, era de estatura promedio, corpulento, pero aún así lo que llamaba la atención de el era su mirada. Perdida y sin ningún brillo. Se podía ver a simple vista que no la pasaba bien, uno podía imaginárselo sentándose al fondo del salón de clases en su escuela, pocos o quizás ningún amigo. Esta mirada tenía un dejo de inteligencia mezclada con aburrimiento, era analizadora pero aun así esquiva.

El niño lo miro y enseguida escondió su mirada para dirigirla nuevamente al piso, no necesitaba observar mucho algo para darse cuenta de como eran las cosas. Había sido transferido de varias escuelas, entre las ultimas una de campo y una un tanto mas salvaje, la educación no era la mejor e incluso parecía comenzar a aburrirse rápidamente sin una dificultad. Los profesores habían citado a sus padres para que este escribiese en su cuaderno, no es que no hiciese los ejercicios, solo esperaba que el profesor terminara de escribir para enunciar su respuesta, esto había hecho que la madre decidiese ponerlo en un lugar mas "retador" una escuela mas grande, de mayor nivel académico. 
Pero ya era tarde a este chico ya no le interesaba mostrarle a nadie su inteligencia y los traspasos continuos lo habían hecho un chico solitario. El sabía lo que había visto, era observador por naturaleza y lo que observo fue un hombre alto, con el pelo largo casi tanto como el, con algo de barba, aún así se veía limpio y ordenado, metódico podría decirse. 

Sus ojos eran distintos, si bien tenían un sombreado por trasnocharse también se podía ver en sus ojos algo de dolor, algo de tristeza, pero no ira, no, su boca esbozaba una pequeña sonrisa, sus ojos tenían un cierto brillo. Casi feliz. Amigos tenía, si, pero eran amigos de verdad, gente en quien confiar. Parecía tener en claro las cosas que quería, su paso, su andar mostraban algo de seguridad pese a su timidez casi innata. 
Era otra persona, era un mundo de diferencias entre estos dos, no por lo físico, su mentes aunque parecidas presentaban diferencias notorias.

Siguieron caminando, cada cual para su rumbo. El niño respiro por la boca, amaba ver el aire formar vapor en el aire helado. El hombre se freno y miro para atrás sobre su hombro, se había dado cuenta de lo que había visto, un retazo del pasado, se había visto a si mismo y aun así le parecía un extraño. Intento decirle algo, pero sus palabras no salían de su boca.

El pasado no puede modificarse, pensó. era una lastima... podría aconsejarse tantas cosas, pero aún así no podía. Se limito a observarlo mientras se alejaba, se volteo y siguió caminando a su destino. 

Quien sabe si encontraría a su futuro "yo" viendo a su actual pasado... camino recordándose un poco, mirando las hojas y haciendo vapor por la boca... en su metódico ser había olvidado estas pequeñas cosas que amaba, el viento, las hojas, el frió, el vapor.

Sonrió un segundo y continuo.